La incultura financiera

El alto coste de la incultura financiera

Aprendemos cultura general, matemáticas, ciencias y artes. Pero, ¿sabías que un tercio de los ahorradores europeos no entienden los productos financieros que contratan?
Y lo peor… No tienen ningún interés en aprender. ¡Así como lo oyes! La incultura financiera tiene un alto coste: El fracaso, la frustración.

Por desgracia, la mayoría de personas no sabe cómo administrar su propio dinero, porque nadie se lo ha explicado.

En nuestra cultura hablar de dinero es de mal gusto y está mal visto. Y para colmo, y esto que quede entre nosotros, es aburrido. Por eso la incultura financiera es algo habitual en nuestra sociedad.

Pero aburrido o no, siempre vamos a tener relación con el dinero:

  • Al recibir el ingreso de la nómina o los pagos que nos hacen nuestros clientes.
  • Al pagar nuestras facturas o las compras que realizamos a diario.
  • Al contratar un producto financiero y decidir cuál es la mejor inversión para nuestros ahorros o nuestro negocio.

En definitiva, sea cual sea la situación, directa o indirectamente, el dinero estará presente en nuestras vidas. Es por eso que la incultura financiera afecta no sólo a las finanzas de nuestra empresa sino a toda nuestra vida en general.

 Pero, ¿en qué punto nos encontramos?

La incultura financiera no es un problema exclusivo de España. Diversos estudios realizados en 15 países de la OCDE – Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (España incluida) concluyeron que gran parte de los ciudadanos:

  • Tienen dificultades para gestionar su situación financiera
  • Están poco capacitados para evaluar los riesgos financieros que asumen
  • Tienen dificultades para asimilar la información que tienen a su alcance
  • Consideran que la información financiera es difícil de entender
  • Simplemente no planifican sus finanzas
  • Sobrevaloran sus conocimientos y se sienten mejor capacitados en asuntos financieros de lo que realmente están

Es decir, estamos bien parados.

Además, otro dato alarmante y preocupante es que el 16% de los alumnos de 15 años no tiene un dominio básico en economía familiar. España está a la cola en atención curricular, en finanzas y en formación de docentes, comparada con otros países de la OCDE. El país peor puntuado se llevó 379 puntos, España ha conseguido 484.*

Es decir, nuestros adolescentes no han llegado al nivel básico de conocimiento financiero, según el estudio. Lo que significa que no son capaces de entender una simple factura.

 ¿Incultura financiera: Y quién es el culpable?

Todos, sí, todo el mundo tiene su parte de culpa.

Las administraciones públicas
Por no desarrollar de forma masiva programas de formación financiera en las escuelas como parte del programa de educación infantil y por darnos el peor ejemplo posible: gestionar los recursos públicos mediante sobreendeudamiento.
La educación financiera se debe empezar en la infancia. Niños preparados son adultos responsables

Los intermediarios financieros
Sí, los bancos, las financieras, las casas de crédito o cualquier otra entidad del estilo que no han entendido correctamente su función y que en muchos casos no han actuado con ética y han asesorado mal a sus clientes.

Y nosotros, ciudadanos y empresarios
Por querer vivir por encima de nuestras posibilidades, por no evaluar nuestra capacidad real de gastos y endeudamiento, por creer en las ‘inversiones milagro’ y por vivir por comparación. Y, principalmente, por no querer aprender y no pedir ayuda especializada.
Por no reivindicar a nuestros gobiernos de turno, da igual su color, nuestro derecho a una educación financiera.

 ¿Qué pasa si no hacemos nada al respecto?

Seguiremos como un hámster en una jaula. Corriendo y corriendo sobre la rueda sin llegar a ningún lado y muertos de agotamiento.

Tanto para las familias como para las empresas, especialmente para el pequeño empresario, los ‘peligros’ que genera la falta de una formación financiera adecuada llevan a diversos problemas:

Para las familias los problemas más comunes son:

  • Incapacidad de ahorro
  • Mala gestión de los recursos domésticos
  • Posible endeudamiento por falta de planificación
  • Mentalidad de escasez
  • Dificultad para tomar decisiones sobre inversión
  • Predisposición a calificar los temas financieros como complicados y para expertos

En el caso de las empresas el tema es un pelín más complicado.

Muchos empresarios inician sus negocios, sin tener conocimientos financieros que faciliten su desarrollo a lo largo de los años, provocando graves problemas de administración que sumados al desconocimiento de la situación financiera particular, es la combinación perfecta para dar como resultado, un cuadro económico complicado del cual nos convertimos en esclavos durante un largo periodo de tiempo.

Una de las prácticas erróneas más comunes, es que el dueño de la empresa mezcle el dinero de la empresa con el propio y pague los gastos personales con el dinero que debería estar destinado para invertir en el negocio, lo que en un inicio sólo parece traer dudas sobre la rentabilidad de la empresa, puede provocar la quiebra.

El despertar

La crisis económica ha hecho mucho daño a familias y empresas, eso no lo duda nadie, pero ha servido para que tomemos un poco de conciencia sobre el asunto.

No digo que la falta de cultura financiera haya provocado la crisis, ni mucho menos, pero si tuviéramos una formación financiera básica seguramente muchas empresas y familias no se verían afectadas de forma tan contundente por ella.

Las crisis provocan siempre el mismo efecto. Estamos más alerta, detectamos los errores cometidos y nos damos cuenta poco a poco de lo que deberíamos haber hecho.

Lo malo de todo esto es que cuando la crisis ya no sea una realidad, cuando las cosas vuelvan más o menos a su normalidad o cuando nos acostumbremos con la nueva realidad económica, volveremos a los malos hábitos.

¿Cuál es la solución a la incultura financiera?

Formarse. No hay otra.

Si no hemos tenido la educación financiera adecuada en la infancia, si en nuestra cultura familiar no estamos acostumbrados a hablar de dinero o si nos daba pereza cuidar de nuestro dinero y nos vemos atrapados en una espiral de trabajo-trabajo-trabajo-sin beneficio, no nos queda otra opción. ¡Hay que aprender y reforzar las capacidades financieras!

Aprender con los errores del pasado, con el ejemplo de otros ( parece egoísta, pero es así ), con libros de auto-ayuda financiera y con profesionales que nos puedan ayudar a encontrar soluciones para nuestras vidas y nuestro negocio, que nos generen equilibro, tranquilidad y abundancia.

Mantenernos en la incultura financiera solo nos limita y nos genera sensación de impotencia e inseguridad. 

Siendo así, mejor tomar ya las riendas sobre el asunto, poner remedio al tema y aprender de una vez a relacionarse con él.

*Resultado de la prueba Pisa sobre competencias financieras

Un abrazo,

El alto coste de la incultura financiera 1

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Renata Moitinho

Soy Renata Moitinho, Consultora experta en Negocios y Finanzas.
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